La parálisis facial es una condición que puede afectar a niños de todas las edades, y se caracteriza por la debilidad o parálisis de los músculos faciales. Esto puede afectar la capacidad de cerrar el ojo, mover la comisura de la boca y el sentido del gusto.
La causa más común de parálisis facial infantil es la parálisis de Bell, que afecta el nervio facial que controla los músculos faciales. Sin embargo, hay otros tipos de parálisis facial, como la parálisis facial idiopática, que pueden ser causados por infecciones por virus, como el virus del herpes o la enfermedad de Lyme.
En este artículo de blog, exploraremos las causas de la parálisis facial en niños, los síntomas de la condición, y los tratamientos disponibles, como el uso de corticoides y lágrimas artificiales. También examinaremos el proceso de recuperación completa, ya que algunos niños pueden recuperarse completamente de la parálisis facial, mientras que otros pueden tener efectos a largo plazo.
En última instancia, este artículo proporcionará información valiosa para los padres y cuidadores de niños que pueden estar experimentando los síntomas de la parálisis facial, y ayudará a educar sobre las causas y el tratamiento de esta condición debilitante.
Los músculos de la cara se pueden mover gracias a las señales que viajan desde el cerebro hasta la cara a través del nervio facial o VII par craneal. El nervio puede sufrir daños a lo largo de su trayecto lo cual causa parálisis facial del lado afectado.
Parálisis de Bell
Se le conoce como parálisis de Bell a la parálisis del nervio facial de causa desconocida. No se conoce exactamente la causa pero algunas teorías describen que el nervio facial sufre un daño posterior a una infección por virus.
La reactivación del virus de herpes simple, que causa fuegos o úlceras en la boca, es uno de estos virus descritos, sin embargo también existen otros virus de la familia de Herpes virus que se han asociado: Varicela zóster y citomegalovirus.
La parálisis de Bell se caracteriza por un inicio rápido de los síntomas que evoluciona en 24 horas. Los niños presentan “caída” de la mitad de la cara afectada y además presentan dificultad o incapacidad para parpadear o cerrar un ojo, sonreír, fruncir el entrecejo, producir lágrimas o saliva.
Esto es debido a que el nervio facial no sólo se encarga de los músculos de la cara, sino que también realiza otras funciones del sistema autónomo. El lado afectado se puede identificar a simple vista, ya que la comisura de la boca se encuentra estirada hacia el lado sano.
Los síntomas suelen durar de 2 a 4 semanas y la recuperación del movimiento ocurre de forma espontánea sin necesidad de medicamento. El tratamiento temprano con esteroides en los primeros 3 días de síntomas suele ser en tratamiento en adultos, sin embargo la eficacia de este manejo no ha sido estudiado en niños.
Causas infecciosas e inflamatorias
El tratamiento inadecuado de una infección de oído medio (otitis media) puede causar complicaciones severas, dentro de ellas, se encuentra la parálisis facial.
El síndrome de Ramsay-Hunt es una reactivación del virus de varicela zóster que se caracteriza por parálisis facial asociada a un rash en el canal del oído y sordera, nistagmo, vértigo y alteraciones de la marcha (ataxia).
Otras causas infecciosas e inflamatorias menos frecuentes de parálisis facial (en su mayoría bilateral) son:
- La infección por el virus del Epstein-Barr (mononucleosis) en donde el 40% de los pacientes se presenta con parálisis facial bilateral.
- Enfermedad de Lyme, una enfermedad transmitida por picadura de garrapata que ha llegado a ser la causa más común de parálisis facial en niños en áreas endémicas.
- Tuberculosis
- Pernio lupus
- Síndrome de Guillain-Barré en donde además de parálisis facial se encuentra debilidad o parálisis muscular.
- Leucemia recurrente del sistema nervioso central
- Vasculitis de Henoch-Schönlein
- Enfermedad de Kawasaki

Lesiones
Las lesiones durante el parto o cesárea son la causa más frecuente de parálisis facial traumática. El peso en recién nacidos mayor de 3,500g, el uso de fórceps y la prematuridad son factores de riesgo que se asocian a parálisis facial traumática. Suele ser una condición que se autolimita y se recupera la funcionalidad dentro de los primeros 4 meses de vida.
El trauma físico sobre hueso temporal también puede causar una parálisis facial aguda, éste tipo de traumatismos puede o no acompañarse de fractura del hueso temporal y suelen tener un buen pronóstico.
Igualmente durante procedimientos de la glándula parótida u oído medio puede ocurrir una lesión del nervio facial de forma iatrogénica por lo que son complicaciones que deben de ser advertidas previos a los procedimientos.
Neoplasias o tumores
Raramente se origina un tumor desde el nervio facial (neurinoma o hemangioma). Sin embargo, la parálisis facial se puede presentar como un síntoma ante la presencia de tumores localizados en el sistema nervioso central, cuello o cabeza, así como por rabdomiosarcomas, linfoma de Burkitt, linfoma primario de oído medio entre otros.
Los pacientes con leucemia recurrente suelen tener como complicación la parálisis del nervio facial debido a que las células cancerígenas invaden el sistema nervioso central, por lo que causan parálisis facial bilateral.
Sin embargo, raramente es el único síntoma, además se caracteriza por ser una parálisis de progresión lenta (3 semanas), sin recuperar la función en 6 meses y que además se acompaña de daño de otro nervio craneal, espasmos faciales o dolor. En estos casos el tratamiento debe ser agresivo.
Causas congénitas
En ocasiones la parálisis puede estar ocasionada por problemas en el desarrollo del sistema nervioso central los cuales pueden ser por causas desconocidas o por otras causas en donde la parálisis no es reversible:
- Hipoxia: falta de oxígeno durante el nacimiento
- Síndrome de Moebius: alteración de otros pares craneales
- Parálisis seudobulbar congénita (siringobulbia): es un trastorno del cerebro que se caracteriza por parálisis facial, dificultades para pasar alimentos y hablar.
- Síndrome cardiofacial: es la ausencia o debilidad del músculo depresor del ángulo de la boca, en donde cuando el niño llora, un lado de la boca no se mueve hacia abajo lo que ocasiona asimetría facial.
Causas genéticas
Suelen ser enfermedades hereditarias de los músculos que se caracterizan por parálisis facial, dificultad durante la lactancia y para deglutir: distrofia miotónica, síndromes miasténicos, miopatías congénitas.
Conclusiones
Debido a que son muchas las enfermedades que pueden ocasionar parálisis facial, es importante acudir con un especialista para identificar la causa e iniciar el tratamiento en caso de que sea posible.
