La aparición de la parálisis facial puede ser repentina o gradual, dependiendo de la causa subyacente. Generalmente, los primeros signos y síntomas pueden incluir:
- Debilidad o parálisis en un lado de la cara. Esto puede hacer que un lado de la cara parezca «caído».
- Dificultad para cerrar el ojo en el lado afectado.
- Cambios en la sensación de gusto en las dos terceras partes delanteras de la lengua.
- Aumento en la sensibilidad al sonido en uno o ambos oídos (hiperacusia).
- Dolor o malestar alrededor de la mandíbula o detrás del oído en el lado afectado.
Estos síntomas pueden intensificarse durante las primeras 48 horas y luego comenzar a mejorar. En algunos casos, la parálisis facial puede presentarse acompañada de dolor de cabeza, pérdida de audición o vértigo.
¿Qué es una parálisis facial?
La parálisis facial puede ser una condición de salud que genera inquietud, especialmente cuando su aparición se presenta de manera repentina. Este artículo busca responder a la pregunta: ¿Cómo empieza una parálisis facial? Nos centraremos en proporcionarte información precisa sobre sus síntomas iniciales, causas y opciones de tratamiento, de manera que puedas reconocer, comprender y manejar adecuadamente esta condición.
La parálisis facial es una condición médica en la que hay una pérdida o disminución de la movilidad muscular voluntaria en un lado de la cara. La afección puede ser causada por problemas con el nervio facial, también conocido como séptimo par craneal, que controla los músculos de la cara.

Causas de la Parálisis Facial
La parálisis facial puede ser causada por varias condiciones, que incluyen:
- El Síndrome de Bell, una afección que causa parálisis facial temporal y cuya causa exacta se desconoce.
- Lesiones o traumatismos craneales que dañan el nervio facial.
- Infecciones, como la enfermedad de Lyme o el herpes zóster (causante de la culebrilla).
- Enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple o el accidente cerebrovascular.
- Tumores que ejercen presión sobre el nervio facial.
Tratamiento de la Parálisis Facial
El tratamiento de la parálisis facial dependerá de la causa subyacente. En el caso del Síndrome de Bell, por ejemplo, los corticosteroides pueden ser utilizados para reducir la inflamación del nervio facial. Para las infecciones, se pueden recetar antibióticos o antivirales. Además, la terapia física puede ser útil para mejorar la fuerza y la coordinación muscular.
En conclusión, si sospechas que estás experimentando los síntomas de una parálisis facial, te recomendamos buscar atención médica de inmediato. Es esencial un diagnóstico temprano para implementar un plan de tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a largo plazo.
En este artículo, hemos cubierto información clave sobre «¿Cómo empieza una parálisis facial?». Esperamos que encuentres este contenido útil y que te ayude a navegar y gestionar esta condición de salud.
Tipos de Parálisis Facial
Hay dos tipos principales de parálisis facial:
- Parálisis facial central: Esta es causada por daño a las vías neurales del sistema nervioso central que llevan las señales al nervio facial. Las causas pueden incluir accidentes cerebrovasculares, tumores cerebrales o enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple.
- Parálisis facial periférica: Esta ocurre cuando el nervio facial en sí (un nervio periférico) está dañado. La causa más común es el Síndrome de Bell, pero también puede ser causado por enfermedades infecciosas, traumas o tumores que presionan el nervio.
Diagnóstico de la Parálisis Facial
El diagnóstico de la parálisis facial comienza con una evaluación clínica, durante la cual el médico examina al paciente y evalúa sus síntomas. Si la parálisis facial es repentina e inexplicada, se considerará el diagnóstico de Síndrome de Bell.
Para determinar la causa de la parálisis facial, el médico puede realizar varios exámenes, que pueden incluir una resonancia magnética (MRI), una tomografía computarizada (CT) o pruebas de laboratorio para buscar signos de infección.
Opciones de Tratamiento para la Parálisis Facial
El tratamiento depende de la causa de la parálisis. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
- Medicamentos: En el caso del Síndrome de Bell y algunas otras causas de parálisis facial, los corticosteroides pueden ayudar a reducir la inflamación del nervio facial. Los antivirales pueden ser útiles si la parálisis es causada por una infección viral.
- Terapia física: Los fisioterapeutas pueden enseñar ejercicios para ayudar a mejorar la fuerza y la coordinación muscular.
- Cirugía: En algunos casos, como cuando la parálisis es causada por un tumor que presiona el nervio facial, puede ser necesaria la cirugía.
Complicaciones y su Manejo
Las complicaciones de la parálisis facial pueden incluir:
- Daño ocular: La incapacidad para cerrar el ojo puede llevar a daños en la córnea. Es esencial proteger el ojo utilizando lágrimas artificiales durante el día y ungüento lubricante por la noche.
- Problemas de habla y alimentación: La parálisis facial puede dificultar la pronunciación de ciertas palabras y también puede causar dificultades para comer. La terapia del habla puede ser útil en estos casos.
- Infecciones del oído: Las personas con parálisis facial a menudo experimentan un aumento en la sensibilidad al sonido en uno o ambos oídos, lo que puede hacer que estén más propensos a las infecciones del oído.
- Síndrome de la lágrima del cocodrilo: En algunos casos, después de la recuperación de la parálisis facial, el nervio facial puede regenerarse de manera anormal, lo que resulta en lágrimas mientras la persona está comiendo.
La mejor manera de manejar las complicaciones es a través de un enfoque de tratamiento multidisciplinario que incluya a un neurólogo, fisioterapeuta, logopeda y otros especialistas según sea necesario.
Neurorehabilitación para la parálisis facial
La neurorehabilitación es un enfoque crucial para la recuperación de la parálisis facial. En este proceso, se utilizan diferentes terapias para ayudar a los pacientes a recuperar o mejorar su funcionalidad y calidad de vida. Aquí están algunas de las estrategias más comunes:
1. Terapia Física: Los terapeutas físicos enseñan una variedad de ejercicios para mejorar la fuerza y la coordinación de los músculos faciales. Los ejercicios pueden incluir estiramientos, ejercicios de resistencia y técnicas para mejorar la simetría facial. Estos ejercicios deben ser realizados regularmente para obtener los mejores resultados.
2. Terapia Ocupacional: Los terapeutas ocupacionales trabajan con pacientes para mejorar las habilidades motoras finas y coordinar las actividades diarias, como comer y beber.
3. Terapia del Habla y del Lenguaje: La parálisis facial puede afectar la capacidad de hablar claramente. Los terapeutas del habla y del lenguaje pueden ayudar a los pacientes a mejorar su pronunciación y capacidad de comunicación.
Es importante recordar que cada caso de parálisis facial es único y el plan de tratamiento debe ser personalizado para cada individuo. La recuperación puede ser un proceso lento y requiere paciencia, pero con un enfoque de tratamiento multidisciplinario y consistente, muchas personas pueden experimentar una mejora significativa en sus síntomas.
