Parálisis facial en Monterrey

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Fisioterapia para la movilidad tras una parálisis facial

La parálisis facial es una condición médica que puede afectar a cualquier persona, en cualquier momento. Se trata de una afección en la que los músculos de un lado de la cara se debilitan o pierden su capacidad de movimiento, lo que puede provocar dificultades para hablar, comer, beber y realizar otras actividades diarias.

Afortunadamente, existen diversas técnicas de rehabilitación facial, como los ejercicios faciales y la fisioterapia, que pueden ayudar a recuperar la movilidad y reducir los efectos de la parálisis facial.

En este artículo de blog, exploraremos cómo estos métodos de rehabilitación facial pueden ayudar a las personas que padecen parálisis facial a mejorar su calidad de vida.

Además, también hablaremos sobre algunas de las mejores prácticas de ejercicios faciales y fisioterapia para obtener los mejores resultados posibles en la recuperación de la movilidad facial. Si buscas información sobre la parálisis facial y la rehabilitación facial, sigue leyendo para aprender más sobre cómo puedes mejorar tu salud y tu bienestar.

  • La parálisis de Bell (PB), también conocida como parálisis facial idiopática, es la forma más frecuente de parálisis facial periférica.
  • Tiene una notable incidencia de 20-50 casos por cada 100 mil individuos al año.
  • La historia familiar se da en un 9% de los casos.
  • Puede ser recidivante aproximadamente en un 10-20% de los casos.
  • Factores como la edad, el padecimiento de diabetes mellitus, el embarazo, y la hipertensión arterial son factores predisponentes.

¿Qué causa la parálisis facial?

Las causas más frecuentes de las parálisis faciales supranucleares y nucleares, son:

  • Las enfermedades cerebrovasculares
  • Los tumores
  • La esclerosis múltiple
  • Infecciones del sistema nervioso central.  

Las parálisis faciales infranucleares, se producen por diversas causas, como puede ser:

  • Lesiones del ángulo pontocerebeloso (neurinoma del acústico),
  • Enfermedades infecciosas como la enfermedad de Lyme, o el Síndrome de Ramsay Hunt
  • Trastornos otorrinolaringólogos como la otitis media
  • Enfermedades inflamatorias como la sarcoidosis
  • Lesiones tumorales o metastásicas
  • Traumatismos intratemporales,
  • Parálisis faciales congénitas (síndrome de Moebius o síndrome de Rosenthal Melkerson)
  • Diabetes
  • Sífilis
  • Mononucleosis entre otras

Síntomas y signos en la enfermedad

La afectación del nervio facial produce:

  • Hipotonía y debilidad de la cara
  • En reposo, se pueden apreciar asimetrías como la caída de la ceja, o una hendidura palpebral aparentemente mayor por el descenso del parpado inferior, que puede quedar revertido (ectropión) e impedir la absorción de las lágrimas que refluyen por rebosamiento (epífora).
  • Como consecuencia de las alteraciones en la rama superior del nervio facial, también se puede apreciar un parpadeo disminuido o retrasado si lo comparamos con el lado sano. El surco nasogeniano se borra en el lado afectado, la comisura de la boca se desvía hacia el lado sano, y cuando el paciente habla, el aire se escapa por la comisura del lado afecto.
  • Otro síntoma que puede estar presente es el fenómeno de lágrimas de cocodrilo, donde un estímulo gustativo produce secreción lagrimal.

Abordaje de la parálisis facial central: diagnóstico y tratamiento 

Un buen diagnóstico para detectar/identificar lesiones del nervio facial debe incluir una evaluación exhaustiva del paciente, mediante una amplia anamnesis y una adecuada exploración física, con el objetivo de identificar la localización de la lesión, el grado de afectación, así como la posible causa de la lesión. 

En el examen físico del nervio facial, debe realizarse:

  • Una exploración otorrinolaringológica que incluya revisión de la cavidad oral, otoscopia (para descartar patología del oído medio o la presencia de vesículas propias del herpes), búsqueda de linfadenopatías (que nos hagan sospechar de un proceso tumoral), y palpación de la carótida.
  • Una exploración neurológica a través de la cual se valore la presencia de signos que indiquen lesión central, se descarte el síndrome meníngeo, y se exploren los otros pares craneales para confirmar su integridad.
  • Una exploración a través de electroneurografía (ENG). Esta permite determinar de forma objetiva el grado de lesión neuronal del nervio facial, pero no permite detectar lesiones antes del tercer día, ya que al ser imposible la evaluación directa del nervio en su trayecto intratemporal.                                    

Es muy importante realizar un diagnóstico diferencial entre la parálisis facial central y la parálisis facial periférica. Como se ha mencionado anteriormente, la parte superior de la cara recibe inervación central bilateral, y la parte inferior recibe únicamente inervación central contralateral

Tratamiento: Rehabilitación facial

El tratamiento de la parálisis facial puede incluir medicamentos y fisioterapia. La cirugía no suele ser opción en este tipo de afectación. Debido a que la mayoría de las veces la parálisis es producto de una infección viral no hay un tratamiento específico dirigido a la causa de la parálisis, por lo que el tratamiento se enfoca en la recuperación de la función del nervio.

Mientras más pronto se inicie el tratamiento habrá mayor probabilidad de recuperación total.

En Neurocenter contamos con la experiencia y mejores tratamientos para la parálisis facial. Consiste en una fisioterapia de 3 fases:

Primera Fase

Para iniciar con la terapia, el paciente debe colocarse en una posición cómoda, mientras el fisioterapeuta prepara el equipo con el que se aplicará la primera fase de la terapia.

Posteriormente se coloca un de los electrodos del equipo en la mano del paciente, y el otro en una zona del cuerpo del fisioterapeuta, quien con sus manos empieza a realizar movimientos ascendentes sobre el área del rostro afectado, yendo del centro hacia afuera.

Segunda Fase

Una vez concluida la primera fase, se retiran ambos electrodos y se inicia con el masaje facial sobre la zona afectada de la cara, realizando pequeños golpeteos con la yema de los dedos para estimular la musculatura, aumentando su tono y favoreciendo el aporte sanguíneo.

Tercera Fase

Finalmente, pasamos a la reeducación muscular, la cual se realiza frente a un espejo para que el paciente aprecie la simetría de los ejercicios de manera asistida sobre puntos específicos de cada músculo, siempre cuidando no fatigar la musculatura.