Padecimientos
Aunque es más frecuente en adultos, una parálisis facial también se puede presentar en niños. Ya sea por causas congénitas o adquiridas, el menor debe ser tratado por un neuropediatra para ser diagnosticado y tratado de manera oportuna.
El pronóstico de este tipo de parálisis suele ser muy optimista, pues hasta el 80% de las personas que la presentan comienza a mejorar dentro de las 2 semanas del inicio de los síntomas y se recupera completamente dentro de los 3 a 6 meses mediante terapia de rehabilitación facial.
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Algunas de las causas más frecuentes de parálisis facial infantil son las que ocurren en el transcurso de una otitis media aguda, las traumáticas, sobre todo en recién nacidos, como consecuencia de traumatismos del parto y la parálisis de Bell o idiopática, que aunque no se conoce con exactitud la causa, suele estar relacionada con el virus del herpes.
Otra de las causas de la parálisis facial en niños es el síndrome de Moebius, una enfermedad congénita que presenta parálisis facial y estrabismo por afectación de los músculos extraoculares de los ojos.
Así mismo en un niño con parálisis facial también se deben de descartar enfermedades infecciosas como la enfermedad de Lyme la cual es provocada por picadura de garrapatas lo que provoca afectaciones del sistema nervioso central como la de los pares craneales afectando al par VII.
El diagnóstico de la parálisis facial suele ser clínico mediante el interrogatorio y la exploración física realizada por un neurólogo infantil, quien le pedirá al menor que realice ciertos movimientos faciales para detectar la debilidad.
Además puede apoyarse en estudios de neurofisiología para confirmar el diagnóstico como velocidades de conducción nerviosa y electromiografía facial para demostrar la denervación del nervio facial y el grado de afectación, incluso, puede solicitar resonancia magnética de cerebro para descartar alguna causa tumoral.
En general el tratamiento de la parálisis facial, parálisis de Bell o síndrome de Ramsay Hunt consiste en el uso de antivirales y de corticoesteroides indicados por un neurólogo pediatra, sin embargo además del tratamiento farmacológico se debe recurrir a las terapias de rehabilitación facial.
La fisioterapia para estimular al nervio facial se utiliza para ayudar a mantener el tono muscular. El masaje y los ejercicios faciales pueden ayudar a evitar las contracturas permanentes (contracción o acortamiento de músculos) de los músculos paralizados antes de que se produzca la recuperación. El calor húmedo aplicado al lado afectado de la cara puede ayudar a disminuir el dolor.
El pronóstico para los individuos con parálisis de Bell es generalmente muy bueno. La extensión del daño nervioso determina el alcance de la recuperación. La mejoría es gradual y los tiempos de recuperación varían. La mayoría de los individuos comienza a mejorar dentro de las 2 semanas del inicio de los síntomas y la mayoría se recupera completamente, regresando a su función normal dentro de los 3 a 6 meses mediante la terapia facial.
Para algunos, sin embargo, los síntomas pueden durar más tiempo. En algunos casos, los síntomas podrían no desaparecer nunca completamente. En casos infrecuentes, el trastorno puede regresar, del mismo lado o del lado opuesto de la cara. En algunos otros casos, se presenta una variante de espasmo hemifacial ipsilateral como secuela.
La parálisis facial es una disminución o ausencia completa de movimiento en los músculos de la cara debida a una afectación del VII par craneal. Habitualmente aparece en un solo lado de la cara pero puede ser de manera bilateral (ambos lados).
Tipos de parálisis facial
Existen 2 tipos de parálisis facial, la central y la periférica.
Parálisis facial central: está provocada por lesiones supranucleares. Se traducen por una parálisis de la musculatura facial inferior, contralateral, con conservación del territorio facial superior; el reflejo corneano se encuentra normal y no hay alteraciones del gusto.
Obedece fundamentalmente a lesiones de etiología vascular de la vía piramidal desde la corteza hasta el núcleo de origen, también se reconocen en patologías infecciosas, tumorales o degenerativas.
En estos casos se compromete sólo la musculatura peribucal ya que la musculatura de la frente y del orbicular de los párpados recibe inervación de ambos lóbulos frontales. De este modo, el paciente puede levantar las cejas, cerrar los ojos, pero la comisura bucal se desvía hacia el lado sano.
Parálisis facial periférica: consiste en un síndrome agudo con debilidad de la musculatura facial por afectación del nervio facial después del núcleo de este nervio (infranuclear). La parálisis facial periférica es ipsilateral (del mismo lado) y afecta a toda la hemicara. Suele ser provocada principalmente por virus pero la mayoría de las veces no se conoce la causa.
Causas más frecuentes de parálisis facial
La parálisis facial es consecuencia de una afectación directa sobre el nervio facial o par craneal número siete, debido a una infección, traumatismo o compresión este puede sufrir inflamación, denervación, irritación o isquemia provocando el cese de sus funciones.