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Siempre consideramos el rostro como nuestra carta de presentación ante los demás, de ahí la importancia de recuperarnos cuando se presenta una parálisis facial.
Para ello necesitamos identificarla y recibir el tratamiento adecuado, de ser posible, dentro de los primeros 6 meses en que se presenta.
También conocida como parálisis de Bell, suele presentarse de forma súbita y es unilateral. Sus causas pueden ser sumamente variadas, aunque existen algunas que podrían llegar a considerarse frecuentes, como el estrés o problemas neurológicos de mayor gravedad.
Hoy vamos a explicar un poco los síntomas más frecuentes dentro de estos episodios, de modo que, si llegas a experimentarlo, sepas cómo reaccionar. Es importante tener presente que una parálisis facial no distingue edades ni sexo, es decir, que cualquier persona puede llegar a experimentarla.
Como ya hemos dicho, los síntomas suelen manifestarse o presentarse de manera repentina y poco a poco ir incrementando.
Es uno de los primeros síntomas que los pacientes experimentan. Gestos o expresiones faciales tan básicas como sonreír o guiñar un ojo pueden resultar complicados por mucho que se intente.
Algunos empiezan a sentir una especie de hormigueo o punciones como si tuviesen agujas muy pequeñas, mientras que otros simplemente pierden la sensibilidad en un lado específico.
Al afectar medio lado, la boca, al igual que los ojos, son zonas neurálgicas. Esto quiere decir que es de las más afectadas. Por cuanto podrá “caer” de un lado y el paciente tiende a babear continuamente.
Aparte de que un ojo puede verse caído o no cerrar completamente, quienes atraviesan por una parálisis facial también ven afectada su visión, volviéndose borrosa, así como irritación y sequedad.
Aparte de los mencionados anteriormente, hay otros que aparte de ser frecuentes también se convierten constantes durante el periodo de recuperación, tales como:
Un 80% de los pacientes que experimentan una parálisis facial empiezan a notar mejoría en los síntomas después de unos 21 días. Desaparecen en su totalidad al cabo de dos o tres meses, pero todo dependerá del cuadro en particular.
De acuerdo con diferentes estudios, sólo 2 de cada 10 pacientes con parálisis facial podrían mantener algunos síntomas para siempre.
La recomendación es acudir al especialista de inmediato. En este caso el profesional más adecuado es un neurólogo, pues si bien una parálisis facial se trata de manera ambulatoria después del diagnóstico, es necesario decir que muchos de los primeros síntomas que se experimentan también están relacionados con un accidente cerebro vascular.
Esto no quiere decir que una parálisis facial sea el preámbulo para un accidente vascular ni mucho menos, solo que es necesario descartar que no se trate de un problema mayor que pueda causar daños irreversibles.
Una vez con el especialista, este se encargará de realizar un examen físico donde el paciente deberá realizar diferentes movimientos como abrir y cerrar los ojos, guiñar, sonreír, fruncir el ceño, entre otros. En caso de notar alguna complicación, podría ser necesaria una resonancia magnética.
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