Parálisis facial en Monterrey

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Opciones terapéuticas para la Parálisis facial

El tratamiento  de la parálisis facial suele incluir medicamentos y también rehabilitación física, los cuales tienen la intención de reducir el grado de secuelas y recuperar lo antes posible la movilidad.

La opción a elegir por el neurólogo tratante depende del origen de la parálisis, el grado de daño que se ha generado, y el tiempo de evolución, pues entre más rápido sea identificada y más rápido se instaure el tratamiento, el daño suele ser menor.

Por otro lado, entre más tiempo pase desde su instauración hasta el diagnóstico, y mientras más grave sea (es decir, más limitaciones para la movilidad genere), el tiempo hasta la recuperación suele ser menor.

El tiempo promedio desde el inicio del tratamiento hasta la recuperación y resolución del cuadro, suele ser alrededor de 6 meses. Sin embargo, existe un porcentaje de pacientes en los que por distintas situaciones, ya sea un diagnóstico tardío, pobre respuesta a los medicamentos o rehabilitación física subóptima, la parálisis facial suele persistir de por vida o al menos por un período de tiempo mayor.

En este tipo de pacientes se debe buscar otros métodos para ayudarlos, si bien no a la recuperación de la función muscular, al menos a la cuestión física, ya que la asimetría facial es una de su mayores preocupaciones.

La toxina botulínica como tratamiento en la parálisis facial

Un método que ha mostrado ser efectivo y que ha obtenido cada vez mayor popularidad y difusión, es la aplicación de toxina botulínica, también llamado botox.

El botox es un tratamiento (de hecho, una toxina) que es obtenida de la bacteria Clostridium botulinum, el lugar de conexión entre el músculo y el nervio, evitando la adecuada comunicación entre ambos, lo que se traduce en parálisis en el sitio afectado. 

Suelen administrarse inyecciones de bótox en los nervios afectados, lo que genera una reducción de la estimulación o del tono muscular, además de tener otros efectos como reducción en el dolor crónico que este tipo de situaciones puede generar.

La toxina botulínica también puede ser administrada en los músculos sanos para buscar obtener una mejor simetría facial y reducir las secuelas visibles.  

¿Qué tan compleja es la administración de toxina botulínica?

El tratamiento con bótox suele ser sencillo, aunque requiere ser administrado por un especialista.

Suele ser de fácil aplicación generalmente realizado en el consultorio. Los resultados son casi inmediatos aunque no son permanentes, suele requerir una nueva administración cada 4 a 6 meses, dependiendo de lo que indique el neurólogo.

¿Cuáles son los efectos adversos de su aplicación?

Los efectos adversos de la toxina botulínica son escasos y suelen estar relacionados con la pérdida del tono muscular.

Por último, una de las precauciones que se debe tener en cuenta es el evitar administrar toxina botulínica muy frecuentemente, ya que se pueden desarrollar anticuerpos si se inyecta en menos de 3-4 meses.

Recuerda siempre acudir a centros especializados en la administración de toxina botulínica, además de asegurar que la persona encargada de la aplicación sea un especialista con experiencia en este procedimiento.

¿Qué es la parálisis facial y cómo se divide?

La parálisis facial es uno de los padecimientos neurológicos más vistos en el área de urgencias y en la consulta de neurología.

Se caracteriza por la incapacidad de mover algunos de los músculos de la cara, que en condiciones normales nos permiten realizar tareas sencillas de las cuales muchas veces no somos conscientes hasta que se ven afectados.

La parálisis facial puede dividirse de manera muy general en central y periférica. La parálisis facial de tipo central se asocia con un peor pronóstico ya que las alteraciones nerviosas se encuentran en el sistema nervioso central, lo cual cobra relevancia clínica ya que es menos llamativa físicamente pues suele afectar únicamente una porción pequeña de la cara.

Por otro lado, la parálisis facial de tipo periférico es menos grave, ya que afecta los nervios periféricos y aunque a la vista es más evidente y suele ocasionar mayor preocupación e incomodidad por parte de los pacientes. 

Las principales manifestaciones suelen ser:

  • Pérdida de las arrugas de la frente
  • Incapacidad para elevar la ceja o para cerrar de manera óptima uno de los párpados (lo que a su vez puede acompañarse de problemas oculares como ojo seco)
  • Problemas para arrugar la nariz
  • Desviación de la comisura bucal
  • Además de alteraciones para sonreír o para mantener líquidos dentro de la cavidad bucal. 

Las causas de la parálisis facial de tipo periférica suelen en muchas ocasiones no ser identificadas, aunque debido a la alta frecuencia, se cree que las enfermedades virales suelen ser la etiología más común.

 

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